siglos, una estela indeleble y las dos milicias mendicantes encontraron en ello el símbolo de su eterna alianza. Por esa razón el Patriarca de los Predicadores tiene su lugar entre nosotros, los franciscanos
saliste de las manos del Creador, tenías la inteligencia de la justicia que vive en Dios por la eternidad. Tuviste la libertad de actuar a tu voluntad y aunque hayas preferido odiar a Dios antes que entregarle
las alegrías del mismo paraíso. Eva comió un alimento por el cual nos condenó al hambre de una eternidad de ayuno; al contrario, María preparó un alimento que abrió nuestra entrada al banquete del Cielo»
Familia. Antes de la Encarnación, por supuesto que la Trinidad existía, de hecho, desde toda la eternidad, ya que Dios era Dios. Pero ella no se manifestó claramente como Trinidad. Es a través del misterio
conservando intacta su identidad, con la certidumbre inquebrantable de ser instrumento de un destino eterno. Todos buscaban en las Escrituras el momento de la venida del Mesías anunciado misteriosamente por
a Francia para que ella ame a la Iglesia que atraviesa los siglos y reúne las legiones para la eternidad. Dios ama a Francia, a quien nada ni nadie ha podido jamás separar enteramente de la causa de Dios
lo que sucede a nuestro alrededor, por hechos triviales y, por así decirlo, nos olvidamos de la eternidad. Una primera conversión es imprescindible: ¡debemos pensar en el futuro! Los cristianos de hoy siguen
fortaleza soberana, dispone con maravillosa mansedumbre todas las cosas, y habiendo previsto desde la eternidad la ruina deplorable en la que la transgresión de Adán arrastraría a todo el género humano, en la
de existencia que no se limita a nuestro mundo temporal sino que se inscribe desde ahora en la Eternidad. Aleteia
de la humilde Virgen María, abre el reino mesiánico que “jamás será destruido y que subsistirá eternamente” escribe Blaise Pascal considerando la profecía del guijarro que se convirtió en montaña: “Ha sido