penitencia o porque mis padres me obligaban a rezarlo. Pero, cada vez más, ante los problemas que naturalmente acompañan a nuestras ajetreadas vidas, a menudo nos damos cuenta de nuestra impotencia. Y aunque
comunicarnos su voluntad. Incluso María no está exenta de esta condición humana. Su reacción es muy natural, aun inmersa en lo sobrenatural: aparece preocupada, temerosa y alterada. Si bien su obediencia religiosa
una enfermedad grave. Sintiéndose indigno de tal milagro, atribuyó su curación primero a una causa natural; pero un hermano agustino le confió que la Virgen se le había aparecido para decirle que la curación
informa lo que la Virgen María le contó sobre su relación con José: "Al ver a José, toda mi ansiedad natural desapareció como una nube que se disuelve para convertirse en un arcoíris. Fue suficiente mirarlo
Caridad: la pureza nos permite amar a los demás como prójimos, sin ninguna otra razón, ni atracción natural, ni por su belleza física. Castidad: la pureza nos permite percibir el cuerpo humano —el nuestro
relieve que la Palabra de Dios es verdaderamente su propia casa, de la cual sale y entra con toda naturalidad. Habla y piensa con la Palabra de Dios; la Palabra de Dios se convierte en palabra suya, y su palabra
(1548) María poco a poco ha ocupado un lugar en mi vida En mis años de infancia, yo interactuaba naturalmente con mis amigos protestantes. A veces, mencionaban esos falsos clichés sobre los católicos, a saber
las excepcionales. Estas nuevas categorías relajan la antigua división estricta entre curaciones naturales y sobrenaturales, lo que implica que Dios interviene en muchos casos donde se restaura la salud
euros en tres años. En cuanto llegaron, los refugiados fueron integrados a la vida parroquial. Naturalmente, participaron en la misa y en las actividades parroquiales. La Virgen María quiere hacer del pueblo
siempre ha sido en mi vida una gran fuente de alegría. Todo comenzó en el regazo de mi madre, que naturalmente me transmitió su profundo amor por María. Nuestra madre nos enseñó el avemaría, la oración más