vida (II) Murmuraba las últimas palabras de la oración de los humildes, cuando un punto minúsculo entre dos olas le llama la atención. Sin mayor seguridad, le pide al piloto orientar el barco en esa dirección
como el Príncipe de la Paz. El Talmud explica que vendría cuando el mundo hubiera dejado de luchar entre sí. Y esto es exactamente lo que sucedió en tiempos de la paz de Augusto. Veinticinco años de paz
una niña, con simplicidad, como a una Madre bondadosa por quien sentía un amor pleno de ternura. Si entré a la Visitación, fue porque el nombre adorable de María me atraía. Sentía que ahí encontraría lo que
su Espíritu la ha preparado, el Padre encuentra la Morada donde su Hijo y su Espíritu pueden vivir entre los hombres. Es en este sentido que la Tradición de la Iglesia a menudo ha leído, en relación con
sentí la protección de María en mi camino de fe y muchas veces reconocí su intervención en el mismo, entre otras cosas. Marie-Francine, 13 de octubre de 2016. le-chapelet-en-famille
vamos a probar". Pero mi decisión no era libre, la tomaba bajo la presión de la fatiga de mi mente. Entré en mi apartamento, para quitarme de encima este pensamiento y me puse a escribir los estatutos de
valle de la Bendición En 1140, los monjes de la abadía de Etanche poseen un terreno, a medio camino entre Verdun y Bar-le-Duc y una capilla en un valle por donde corre un pequeño río, afluente del Meuse :
Isabel, que nos muestra al mismo tiempo en lo que consiste el verdadero culto mariano: "Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre". El ruego final, que fue agregado después del
una niña, con simplicidad, como a una Madre bondadosa por quien sentía un amor pleno de ternura. Si entré a la Visitación, fue porque el nombre adorable de María me atraía. Sentía que ahí encontraría lo que
al mismo tiempo, se anunció a la madre del Redentor, en el texto del Génesis: "Pondré enemistad entre ti y la mujer" (Gn 3,15). Abraham, nuestro "padre en la fe", obedeció completa e incondicionalmente [...] La Virgen María podría considerarse, junto con Cristo, como la mayor gloria del pueblo judío. De entre estas personas de la Alianza, Dios eligió a esta figura excepcional para que diera a luz al Salvador