desvaneciéndose. No es como la luz de Dios “que es tenue, pero permanente”. El Santo Padre recordó las tres herramientas de Jesús para luchar y vencer las tentaciones: velar, rezar y ayunar. “No dialoguen nunca” [...] firmemente, “no se le acerquen” y vayan a refugiarse en los brazos de la Madre como los niños “cuando los niños tienen miedo, corren hacia la madre: “Mamá, mamá... ¡tengo miedo!”. Acudamos a la Virgen María [...] de Nuestra Señora de Einsiedeln Contra Satanás refugiémonos en los brazos de la Madre El cristiano no puede esperar nada del demonio, de ese tentador, de ese “perro rabioso y encadenado”, de ese mentiroso
diviso pero no de cerca; de Jacob avanza una estrella» (Nm 24,17). Ella escrutaba «las promesas hechas a sus padres» (Lc 1,55), «a favor de Abraham» - «Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones [...] bendecirán todas las naciones de la tierra» (Gn 22,18) La Virgen María en el corazón de la espera de Israel, meditaba también en la profecía antigua recibida por Balaam: « Lo veo, aunque no para ahora, lo [...] la tierra» (Gn 22,18) - « A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; inclínense ante ti los hijos de tu padre» (Gn 49, 8)- y la promesa hecha a Moisés: «Yahvé, tu Dios,
diviso pero no de cerca; de Jacob avanza una estrella» (Nm 24,17). Ella escrutaba «las promesas hechas a sus padres» (Lc 1,55), «a favor de Abraham» - «Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones [...] bendecirán todas las naciones de la tierra» (Gn 22,18) La Virgen María en el corazón de la espera de Israel, meditaba también en la profecía antigua recibida por Balaam: « Lo veo, aunque no para ahora, lo [...] la tierra» (Gn 22,18) - « A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; inclínense ante ti los hijos de tu padre» (Gn 49, 8)- y la promesa hecha a Moisés: «Yahvé, tu Dios,
tomadas de la mano, las dos mayores a los lados y la pequeña en medio. La niña, por supuesto, se llama Esperanza. Todos los que las ven dicen: "¡Obviamente, las dos mayores son las que llevan a la niña!" ¡Están [...] cruz, cooperó en forma enteramente impar a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad”. Vengamos a la Iglesia, es decir, a nosotros mismos. (…) Así como ella estuvo [...] Iglesia está llamada a estar cerca de los crucificados de hoy: los pobres, los que sufren, los humillados y los oprimidos. ¿Y cómo cumplirá la Iglesia esta misión? Con esperanza, como María. No basta con simpatizar
recibirán bendiciones, si la humildad las apoya. La humildad del corazón es la fuerza generativa de las virtudes, el tallo y las ramas proceden de la raíz. Debido a que su precio es infinito, porque es [...] humildad en el zócalo del edificio de las virtudes. La abstinencia, el ayuno, la austeridad, la pobreza interior o exterior, las buenas obras, los milagros, todo no es nada sin la humildad del corazón. [...] solo ha querido confiarse a sí mismo el cuidado de decirnos: "Sed humildes.” Y la Virgen María, porque la humildad es la guardiana universal, como si hubiese olvidado todas las demás virtudes de su alma
nunca, la oración del Rosario corresponde hoy a las necesidades espirituales de las personas en busca de silencio interior y contemplación. El rezo del Rosario no es una repetición monótona, sino por el contrario [...] busca en su bolsillo sin encontrar nada parecido. “Padre, no tengo ninguna pistola en el bolsillo, únicamente un rosario", le dice. “¿Y el rosario no es un arma?”, preguntó el futuro santo... De hecho, para [...] . como un arma de bolsillo. Una noche, al acostarse, el padre Pío, san Pío de Pietrelcina, le dice a uno de los hermanos de su comunidad: “Por favor, dame el arma que tienes en el bolsillo...”. Ligeramente
amarlo, y las cosas mundanas me resultaron amargas. Luego, sabiendo que Dios redime al mundo y que nace de una Virgen, yo me sentí tocada y herida de un gran amor y ya no pensaba sino en él, y no quería nada [...] nada más que no fuera él. Me alejaba tanto como podía de las conversaciones familiares y de la presencia de mis padres y amigos, le daba a los pobres todo lo que podía tener y me reservaba para mí un vestido [...] juez de mis actos comencé a amarlo íntimamente, temiendo en todo momento ofenderlo con mis palabras y mis actos. Después, cuando supe que él le había dado la ley y los mandamientos a su pueblo, y había hecho
sobre el pecho de Jesús y si no ha recibido de Jesús a María como su madre (...) quien no tuvo otro hijo que Jesús. Y si Jesús le dijo a su Madre: «He aquí a tu hijo» y no « he aquí otro hijo», fue como [...] «He aquí a Jesús, a quien trajiste a la vida». En efecto, quien es consumido en Cristo no vive más, sino que en él vive Cristo: y porque en él vive Cristo, por eso Jesús le dice a María: «He aquí a tu hijo» [...] atreverse a decirlo, que entre todos los libros de las Escrituras, los Evangelios tienen la primicia y que, entre los Evangelios; el de San Juan ocupa el primer lugar, cuyo sentido nadie puede asir si no se apoya
y le dijo: "José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu prometida, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo"(Mt 1,20). Estas son las razones por las cuales María fue desposada, como [...] José no era ni el marido de la madre, ni el padre del hijo. Un plan evidente -como hemos visto -y necesario de la Providencia lo obliga a llevar por un tiempo ese doble título de padre y esposo y a figurar [...] -Domingo de Ramos José en el designio de Dios Podríamos afirmar, sin duda, que José tuvo las dudas naturales a todo hombre, pero que en su rectitud rechaza vivir con una persona sospechosa. Yo respondo
días del tiempo pascual, me atreví a hablarle; pero reaccionó con palabras duras, casi con una blasfemia... No le hice más observaciones y decidí orar con perseverancia a la Virgen María por su conversión [...] padre me llama, es algo muy serio!" ... Le administró el sacramento de los enfermos, cerca de las 23 horas... A las 4 de la mañana, el moribundo expiró. Al día siguiente, hubiera sido demasiado tarde Maria [...] (Austria) cuenta lo siguiente a sus hijos: "Mi padre era un liberal, frecuentaba la iglesia en la que era tenor, sin embargo, durante el sermón, leía el periódico.” No quería saber nada de la confesión