Gracias (1537) - San Germán de Constantinopla (+ 733) Vuestra protección va más allá de nuestro entendimiento ¿Quién, después de Tu Hijo, se interesa como Tú en el género humano? ¿Quién nos defiende sin cesar [...] naturaleza, todo supera nuestra razón y nuestras fuerzas. Tu protección va más allá de nuestro entendimiento.
a, para aclarar que María y José no entendieron la respuesta de Jesús, escribe: “¿No sabías que yo debía estar en la casa de mi Padre?” (Lc 2:49). María no entendió todo desde el principio. Avanzó en la
todo mi papá quien nos transmitió la fe. Sin embargo, hacia los 33 años, me rebelé contra Dios. No entendía por qué había tanta miseria en el mundo, por qué Dios permitía desigualdades tan grandes y por qué
para deponer las armas a los pies de Aquella que aboga por las causas perdidas. Rezarlas para entenderse a sí mismo y examinar el propio corazón y especialmente para hacer las paces con uno mismo” (.
Escrituras y en la predicación. La grandeza de María se encuentra en su fe. Modelo de fe, María no entendió todo. San Lucas habla sobre el reencuentro de Jesús en el Templo de Jerusalén, cuando les explicó
oscura, su presencia brilla más. Virgen del Sábado Santo, no necesita de nuestras palabras para entendernos. Para Ella una mirada es suficiente, un simple movimiento de nuestro corazón. A la luz de Dios
ideologías, los pensamientos partidistas y los partidos. Pero no entendemos la Iglesia si la miramos desde las estructuras (...): entenderemos algo, pero no el corazón de la Iglesia. Porque la Iglesia tiene [...] mujer, la salvación llegó a la humanidad: por la forma en que tratamos el cuerpo de una mujer, entendemos nuestro nivel de humanidad. (...) ¡Ella es la carne más noble del mundo, Ella concibió y dio a
pecadores es necesario que sea en medio de lamentos y dolores. Si nos detenemos a reflexionar, entenderíamos el precio que debió pagar. Le ha costado su Hijo único. Para ser la madre de los cristianos, tuvo
pecadores es necesario que sea en medio de lamentos y dolores. Si nos detenemos a reflexionar, entenderíamos el precio que debió pagar. Le ha costado su Hijo único. Para ser la madre de los cristianos, tuvo
que el Verbo se hizo carne en la unidad de una sola persona y, bajo el nombre de “carne”, debemos entender al hombre íntegro, a quien el Hijo de Dios fue unido en el seno de una virgen fecundada por el Espíritu [...] deseo de la carne, ni del de un hombre, sino que nacieron de Dios" (Jn 1,14). ¿Qué espíritu podría entender este misterio, qué lenguaje celebrar este prodigio? La iniquidad recobra la inocencia, la renovación