19). Ella conservó todo: la alegría por el nacimiento de Jesús y la tristeza por la hospitalidad negada en Belén; el amor de José y el asombro de los pastores; promesas e incertidumbres del futuro. Ella
reemplazó por un tiempo me dijo que podía actuar de esa manera. La muchacha, que era mi prometida, se negó a abandonar el shivaísmo para convertirse en mi esposa porque yo le había expuesto mis condiciones
Inmaculada Concepción; blasfemias contra su virginidad; blasfemias contra su divina maternidad, negándose al mismo tiempo a reconocerla como Madre de los hombres; blasfemias de los que públicamente buscan
dulzura. Cuando el nombre de Jesús fue deshonrado, María sintió revivir su celo. Cuando el Emmanuel fue negado, la Madre de Dios entró en escena, lo abrazó y se dejó venerar para consolidar el trono de su Hijo
dulzura. Cuando el nombre de Jesús fue deshonrado, María sintió revivir su celo. Cuando el Emmanuel fue negado, la Madre de Dios entró en escena, lo abrazó y se dejó honrar para consolidar el trono de su Hijo
comentados apasionadamente por la televisión nacional y los periódicos, sin que nadie piense en negarlos... Estas manifestaciones, descritas como sobrenaturales, fueron confirmadas por el Obispo ortodoxo
Jerusalén…". Y, finalmente, en 1999, cuando se presentó a tres señoritas, Marion Gutman, Christine Neg y Judith Hiher. Las apariciones terminaron el 17 de octubre de 1999. Veamos estos extractos del mensaje
sepulcro. Veo a Pedro deteniéndose en la entrada, más que avergonzado, herido por su cobardía de negar a Jesús tres veces. Se da cuenta, en la mirada de María, que es comprendido, perdonado… verdaderamente