21 de septiembre – San Mateo, apóstol y evangelista – Italia, Trieste: Nuestra Señora de las Gracias (1486)

¿Por qué la comunión reparadora de los primeros sábados?

© Photo Courtesy of Mr. Joseph Ferrara via Flickr
© Photo Courtesy of Mr. Joseph Ferrara via Flickr

En Fátima, Portugal, el padre Gonçalves, que había reemplazado al padre Aparicio como confesor, pidió a sor Lucía que respondiera por escrito a cinco preguntas sobre la devoción de los primeros sábados de mes. Estas fueron sus respuestas(1):

1. ¿Cuándo tuvo lugar esta petición?

R: El 10 de diciembre de 1925.

2. ¿Cómo?

R: Por una aparición de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen que me mostró su Inmaculado Corazón rodeado de espinas y pedía reparación.

3. ¿Dónde?

R: En Pontevedra. La primera aparición tuvo lugar en mi habitación; la segunda, cerca de la puerta del jardín donde yo trabajaba.

4. ¿Condiciones requeridas?

R: Durante cinco meses, el primer sábado del mes, recibir la Sagrada Comunión, rezar el Rosario, hacer compañía durante 15 minutos a la Virgen mientras se meditan los misterios del Rosario y confesarse con la misma intención. La confesión se puede hacer otro día, siempre y cuando uno esté en estado de gracia mientras recibe la Sagrada Comunión. “A las almas que busquen repararme de esta manera, prometo asistirlas en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación”.

5. ¿Por qué cinco sábados y no nueve, o siete en honor de los dolores de Nuestra Señora?

R: Estaba en la capilla con Nuestro Señor, en la noche del 29 al 30 de ese mes de mayo de 1930, y he aquí lo que me fue revelado: “Hija mía, el motivo es simple: hay cinco clases de ofensas y blasfemias pronunciadas contra el Inmaculado Corazón de María: 

  • blasfemias contra la Inmaculada Concepción;

  • blasfemias contra su virginidad;

  • blasfemias contra su divina maternidad, negándose al mismo tiempo a reconocerla como Madre de los hombres;

  • blasfemias de los que públicamente buscan infundir en el corazón de los niños la indiferencia o el desprecio, o incluso el odio hacia esta Madre Inmaculada; 

  • las ofensas de quienes la ultrajan directamente en sus santas imágenes. 

Esta es, hija mía, la razón por la cual el Inmaculado Corazón de María me inspiró pedir esta pequeña reparación y, en consideración a ella, mostrar mi misericordia para perdonar a aquellas almas que han tenido la desgracia de pecar”.

Sor Lucía confió también al padre Aparicio (carta del 19 de marzo de 1939): “De la práctica de esta devoción, unida a la consagración al Inmaculado Corazón de María, depende la paz o la guerra del mundo. Por eso he deseado tanto su propagación y, luego, sobre todo porque tal es la voluntad de nuestro buen Dios y de nuestra querida Madre Celestial”.

(1) Extracto de la carta enviada al Padre Gonçalves.

Fuente: www.fatima100.fr 

Y también: Enciclopedia Mariana

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