actividades en la calle, visitas familiares... A los miembros de la Fraternidad les pareció algo natural ponerse bajo la protección de Bernadette. “Elegimos tomar a Bernadette como nuestra patrona porque
ello. “Las víctimas de delitos de pederastia no deben culpar a Dios”, insiste Anaïs. «Si la ira es natural, nadie puede encontrar paz en un camino de odio. El perdón es una gracia que las víctimas deben buscar»
la oportunidad, decide hacer un pequeño desvío a la gruta de Lourdes, la reproducción a tamaño natural en el Vaticano de la cavidad rocosa donde la Virgen se apareció a la pequeña Bernardita en 1858.
(11/11/32, J.I. No. 3). Me gustaría llegar, con la ayuda de la Santísima Virgen, a transformar mi vida natural en una vida totalmente sobrenatural y divina. Pero, ¿qué no puedo hacer si sé cómo procurarme su
una señora que pasaba por casualidad, incluso se unió a nuestro rosario. La oración es un acto natural porque todo hombre tiene una dimensión espiritual: por lo tanto, ¡no hay razón para encerrarse en
-Domingo de Ramos José en el designio de Dios Podríamos afirmar, sin duda, que José tuvo las dudas naturales a todo hombre, pero que en su rectitud rechaza vivir con una persona sospechosa. Yo respondo brevemente:
está con nosotros. También María participa, en cierto sentido, de esta doble condición. Ella, naturalmente, ha entrado definitivamente en la gloria del Cielo. Pero esto no significa que esté lejos, que
ejerció su tarea paterna en la abnegación, desde una doble renuncia: primero, renuncia a la paternidad natural frente a Jesús que no fue engendrado de su carne; segundo, renuncia a la unión carnal con María,
mismas fieras, como dice san Ambrosio, no pueden dejar de amar a sus crías. Y así, cuentan los naturalistas, que los tigres, al oír los gritos de sus cachorros, presos por los cazadores, se arrojan al agua
allí”, continúa diciendo. “Algunos feligreses me felicitan por mi valentía. Lo hice con mucha naturalidad”, dice Isidoro. Ahora tiene 66 años y pasa la mayor parte de su tiempo en la Basílica del Sagrado