Sobre su cabeza colocaste una corona de piedras preciosas. Su corona es Cristo, según la palabra del sabio: «Un hijo dotado de sabiduría es la corona de su madre. » Y es una corona de piedra porque en
permito insistir para que en cada lugar de culto una estatua de la Santa Virgen sea ofrecida a la piedad del pueblo de Dios, según una antigua tradición de la Iglesia latina. Se sabe que la Iglesia Ortodoxa venera
la bienaventurada Virgen María, quiso con toda determinación entregar a su Hijo por la salvación del género humano, de esa manera la Madre resultó en todo conforme con el Padre. Y en eso, lo que más debemos
María recibe al Espíritu Santo (II) Pero algo todavía mayor se produjo en María, no pasando como ellos del estado de imperfección al de santidad; sino pasando de un grado sublime de perfección a otro sin c
fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que ella participa en la salvación del hombre, en la libertad de su fe y de su obediencia. Como dice san Ireneo, "al obedecer, ella se convierte
están solos y sin esperanza. Oh Madre, que conoces los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo, ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, por el
esos hechos, puede permanecer en su incredulidad ? (I) Un grupo de teólogos luteranos de Alemania del Este publicó en 1971 un manifiesto que contiene estas líneas de una lealtad conmovedora: « En Lourdes
eterno? De hecho, profetizando su suprema dignidad, Miqueas dijo: "Al final de los tiempos, el monte del templo de Yahvé se asentará en la cima de los montes” (Mi 4,1). Y sí, era una montaña colocada en lo
de oración. Anticipándose a esta desorientación, la Virgen recomendó con mucha insistencia el rezo del Rosario. Y como el Rosario es, después de la santa liturgia eucarística, la oración más adecuada para
para con todos los hijos de la Iglesia que el Redentor, poco antes de morir, le confió en la persona del discípulo predilecto: «¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!» (Jn 19, 26). Son conocidas las distintas cir