domingo» Era en 1873, el 8 de junio, el domingo de la Trinidad, en un pequeño pueblo del sur de Francia, Saint Bauzille de la Sylve (cerca de Montpellier). Augusto Arnaud había estado trabajando en su viñedo desde
retira de la vida parisina a la abadía de San Benito en el Loira. En 1944, la GESTAPO lo arresta en Saint-Benoît, pues siendo de origen judío será deportado. Muere en el campo de Drancy, el 05 de marzo de
Devoción de san Luis María Grignion de Montfort. «Encontramos un tesoro» La escena tiene lugar en Saint-Laurent-sur-Sèvre, un pequeño pueblo de la región de la Vendée (Francia), marcado por la figura del [...] de guardar El Tratado en el baúl de los papeles obsoletos. www.famillechretienne.fr/13521/article/saint-louis-marie-grignion-de-montfort-le-fabuleux-destin-de-son-livre-damour * Lumen gentium, constitución
mí una fuente extraordinaria de paz, en mis tareas. Padre Guillaume Marie, Padre Abad de la abadía Sainte-Marie-du-Mont-des-Cats, Godewaersvelde, Francia Testimonio recogido en 2006
maternidad divina. Padre Manteau-Bonamy Tomado de « Marthe Robin sous la conduite de Marie » (éditions Saint-Paul) (« Marta Robin bajo la conducción de María ») notre-dame-de-france
de febrero de 1876, hacia la medianoche, Estelle Faguette, nacida el 12 de septiembre de 1843 en Saint-Memmie (Francia), hija de un empresario arruinado, sufriente y postrada en cama, "ve a la Virgen"
sanglots. Pourquoi pleures-tu ? Pour rien, c’est parce que je suis trop contente. Elle est belle, la Sainte Vierge, jeune, son visage brille. Elle a les yeux bleus. Sauve-toi, poussin. Et arrête de pleurer
Cantalamessa, Raniero (2002). Marie miroir pour l'Eglise (“María, espejo de la Iglesia”), págs.146-147: Saint Augustin. El padre Raniero Cantalamessa es el predicador de la Casa Pontificia. Ver también: Enciclopedia
De hecho, un año antes, en el 430, san Maurille había tenido cerca del monasterio de Monte Glonne (Saint-Florent-le-Vieil, Maine-et-Loire), en un lugar llamado “Cruz Pichón” (hoy santuario del “Marillais”)
mystères, joyeux, (lumineux), douloureux, glorieux, on pourrait dire qu’en ce qui concerne le travail du Saint-Esprit dans notre existence, il y a des « effusions » joyeuses, douloureuses et glorieuses. L’ordre