te auténtico. Tan pronto como se encontró, un piadoso director del seminario mayor de Lugon, M. Auguste Grillard, más tarde misionero de Saint-Laurent y uno de los que participaron en el proceso de be
continencia y que, en cierto modo, puede responder a la pureza de su casta esposa. - La segunda y más augusta prenda es la persona de Jesucristo, que el Padre celestial pone en sus manos para que sirva de padre
a Él con un vínculo muy íntimo y nos mantiene cerca. Cuanto más ganemos la benevolencia de esta augusta Princesa y fiel Virgen, más tendremos una fe pura en toda nuestra conducta, una fe pura, que hará
entonces en manos delinglés Henri II Plantagenêt. Habiendo reunido su ejército en Bourges, Philippe-Auguste, rey de Francia, marchó sobreChâteauroux, una fortaleza cerca de Déols (Berry). El hijo de Enrique
sala común del albergue Cuando la Virgen María estaba casi al final de su embarazo, el emperador Augusto ordena un gran censo que obliga a todos a ir a su ciudad de origen. José y María van pues a Belén