creencia en Nuestra Señora. Yo rezo el rosario todos los días de mi vida. - ¿Incluso en los días de gran batalla? – ¡Entonces tenía aún más necesidad! Muchas veces me encontré atrapado. Así que me aferré
de prensa egipcios y la prensa extranjera: «La Sede patriarcal declara con una fe incompleta, una gran alegría y humilde gratitud al Todopoderoso que la Bienaventurada Virgen María se apareció varias veces
después del Séptimo Concilio ecuménico del 787, las persecuciones continuaron y Teodoro el estilita, gran reformador del monaquismo, fue un nuevo mártir. Finalmente la crisis se termina, y en 843 la ortodoxia
presentar esta alma ante Dios, su Juez; ya que durante su estancia en la tierra, ella me demostró un gran afecto, ella se complacía en recordarse que Dios se dignó escogerme como su Madre y que quiso exaltarme
Alexandru Todea. En 1999, durante una misión en Rumania, tuve el inesperado privilegio de conocer a este gran mártir de la fe que había pasado años en las cárceles comunistas. En el momento de mi visita, él ya [...] de la confianza son incontables cuando, en un diálogo del corazón, el niño se dirige a su madre con gran familiaridad. Los santos nos ayudan a abandonar un cierto tipo de devoción mecánica y, por consiguiente
religión, luego, afortunadamente, sería reconstruida en 1673. Y como de toda la comarca llegaba un gran número de peregrinos, hubo que ampliar el santuario con una capilla y un claustro. Durante la Revolución
quien describió como la única mujer de su vida. Nos dejó, a pesar de su corta edad, muchos textos de gran profundidad. ¡Tuvo el singular privilegio de que su cuerpo, después de su muerte y a pesar de haber
mundo entero, un grupo de jóvenes laicos católicos invita a todos, creyentes o no, a participar en una gran Marcha hacia la Catedral de Notre Dame de París, el domingo 18 de abril de 2021. Recordando el ac
salió y se le escogió un esposo. La Providencia designó a san José, quien ciertamente la recibió con gran alegría, aceptando su voto de virginidad (cf. Lc 1,34). José se dedicó por completo a este don de
Ana María de Jesús Crucificado, religiosa con los estigmas, a quien el Cardenal Richelieu tenía en gran estima, que Francia se consagrara a Ella. El año siguiente, el Rey Luis XIII, «en la intimidad de