de la Virgen María, por la revalorización de los hombres en la sociedad y la conversión del mundo entero. Desde México, Paco Páez, coordinador general del apostolado de los Caballeros del Rosario, explicó [...] la conversión de los pecadores, nuestra propia conversión, la de nuestras familias y la del mundo entero”. En esta oración pública, añadió, piden “el reinado de la paz de Cristo en nuestros corazones y
Santa, hoy, nos encomendamos a ti con insistencia. Tú sabes que en nuestro país como en el mundo entero, se juega el futuro del ser humano, de la familia, de la civilización y de la vida. Tú ves que las [...] de los corazones triunfen en nosotros, no para glorificarnos sino más bien para servir en el mundo entero con generosidad, a Jesús Salvador de los hombres, tu divino Hijo. Haz de nosotros hombres y mujeres
amaremos y nos amaremos entre nosotros como él nos ama? ¡Ah, si todas las almas se entregaran enteramente al Amor, cómo se verían muy pronto cambiadas y transformadas!
amaremos y nos amaremos entre nosotros como él nos ama? ¡Ah, si todas las almas se entregaran enteramente al Amor, cómo se verían muy pronto cambiadas y transformadas!
subrayando, además, que la verdadera devoción “consiste en darse enteramente a la Santa Virgen para pertenecer, a través de Ella, enteramente a Jesucristo” ( Tratado de la verdadera devoción 121). Sin embargo
la trisomía 21, dedicó su vida entera al servicio de los niños que padecían dicho síndrome. Ayudó y apoyó a más de 9000 pacientes y a sus padres venidos del mundo entero a París para consultarlo. Marcó
a la gloria del cielo, y exaltada por el Señor como la Reina del universo, para que fuera así enteramente conforme a su Hijo, Señor de Señores (cf. Ap 19,16), victorioso del pecado y de la muerte.
sino a Vos, con toda mi voluntad, por la eternidad, como vuestro propio siervo, me pongo a vuestro entero servicio.
a la gloria del cielo, y exaltada por el Señor como la Reina del universo, para que fuera así enteramente conforme a su Hijo, Señor de Señores (cf. Ap 19,16), victorioso del pecado y de la muerte.
sino a Vos, con toda mi voluntad, por la eternidad, como vuestro propio siervo, me pongo a vuestro entero servicio.