El profesor francés Jérôme Lejeune (1926-1994), científico reconocido; pionero de la genética moderna y descubridor de la trisomía 21, dedicó su vida entera al servicio de los niños que padecían dicho síndrome. Ayudó y apoyó a más de 9000 pacientes y a sus padres venidos del mundo entero a París para consultarlo.
Marcó la historia defendiendo incansablemente la dignidad y la vida de sus pacientes contras las leyes eugénicas teniendo el coraje heroico de seguir su conciencia de médico, fiel al Juramento de Hipócrates, y de cristiano, fiel a su bautismo. San Juan Pablo II lo nombró primer presidente de la Academia Pontificia por la Vida. Su proceso de canonización fue abierto. Durante una entrevista al periódico “La sonrisa de María” tras la pregunta “¿Ama usted a María?” respondió lo siguiente:
“María, es la maravilla de las maravillas. La biología nos enseña que cada ser debe su ser al mensaje genético que le da la vida. Para que en María todo el mensaje (operación del Espíritu Santo) pueda hacerse carne (encarnación), es necesario que la Virgen haya sido concebida a la perfección misma (Inmaculada Concepción) exenta de toda imperfección hereditaria (pecado original). Los teólogos ya lo sabían ¡antes de que la genética fuese inventada!”.
Equipo María de Nazaret con la participación de la Fundación Jérôme Lejeune
Fuente: entrevista de Le Sourire de Marie, periódico parroquial, 1977