Virgen Santa, hoy, nos encomendamos a ti con insistencia. Tú sabes que en nuestro país como en el mundo entero, se juega el futuro del ser humano, de la familia, de la civilización y de la vida. Tú ves que las fuerzas de destrucción del hombre están a la obra como nunca, seduciendo los espíritus y los corazones.
Tú eres la mujer del Apocalipsis que, con la ayuda de los ángeles, combates el demonio. Ten piedad de nosotros. No nos abandones en el combate. Escucha las humildes oraciones que te hacemos con un corazón de niño.
Permite que la verdad, la pureza, la fe, la unión de los corazones triunfen en nosotros, no para glorificarnos sino más bien para servir en el mundo entero con generosidad, a Jesús Salvador de los hombres, tu divino Hijo. Haz de nosotros hombres y mujeres valientes y fervientes, dignos de sus padres, preparando las futuras generaciones que continuaran la obra del amor en nuestro país y en toda la tierra. Amén.
Cardenal Paul Poupard
Presidente Emérito del Consejo Pontifical para la Cultura, Roma
Enero 2018