decir, a Jeursalén y dile al santo obispo Juan, estas palabras: ¿Hasta cuándo vamos a seguir aquí encerrados sin que nadie venga a liberarnos? Es bajo tu episcopado que debemos darnos a conocer. Abrid pronto
concebida, conoció todos los sufrimientos que iba a asumir a lo largo de su vida terrena. Jesús encerró en él a todas las almas porque, siendo Dios, nadie podía escapar a él. Y yo, tu Madre, lo seguí en
o una hora y media después, el hojalatero llegó triunfalmente a su casa con los tres niños y los encerró en una habitación, diciéndoles que no saldrían hasta que hubieran revelado el secreto. Su esposa