relación con María es una cuestión de corazón y no de razón? Juan Pablo II, antiguo profesor de filosofía, concluye su encíclica con las siguientes palabras: “En efecto, se puede entrever una gran correlación [...] mi vida profesional a ella, las palabras de san Juan Pablo II, escritas en 1998, resuenan en mí de una manera muy particular. Muestran a todos que la filosofía es parte integrante de la vida de fe, acompañados
Rosario es mi vida, un puente entre cielo y tierra. El Padre todopoderoso desde lejos me extiende una mano materna. El padrenuestro une la creación con Dios. Palabras que nos dio el Hijo para nuestro corazón:
supera tu amor por mí! Un día, san Alfonso Rodríguez, de la Compañía de Jesús, se encontraba ante una imagen de María, y sintiendo que su corazón ardía de amor por la santa Virgen, no pudo impedirse decirle
de repente gracias al entusiasmo de los vascos la barrera del puente fronterizo fue levantada. Con una “visa de la aduana” (vista como mercancía) dejan pasar la estatua y con ella a miles de personas que
de ver este tipo de películas! Desde el final de la novena, hace más de un año, no he vuelto a ver una película pornográfica. ¡Gracias, María Desatanudos! Testimonio dado tras la participación en los retiros
que tenía la costumbre de encomendarse todo el día a la Santísima Virgen María, agonizaba cuando una hermosa Reina se le apareció y le dijo: —“Leonardo, ¿quieres morir y estar cerca de mi Hijo y de mí
ción de los enemistados, ayuda para los que han sido condenados, bendición de quienes han sufrido una maldición, rocío para la aridez del alma, gota de agua para la hierba marchita, pues, según está escrito
supera tu amor por mí! Un día, san Alfonso Rodríguez, de la Compañía de Jesús, se encontraba ante una imagen de María, y sintiendo que su corazón ardía de amor por la santa Virgen, no pudo impedirse decirle
de repente gracias al entusiasmo de los vascos la barrera del puente fronterizo fue levantada. Con una "visa de la aduana" (vista como mercancía) dejan pasar la estatua y con ella a miles de personas que
despedía la lavanda cuando preparábamos una cuna. Si hoy ya no sabemos esperar, es porque nos faltan las esperanzas. Sus fuentes se han secado. Estamos sufriendo una profunda crisis de deseo. Y, ahora satisfechos