María, nuestra hermana en humanidad, un modelo para responder con un sí a cada vocación.
La Virgen María, como nosotros, es creatura de Dios y como tal es “una de nosotros”, nuestra hermana en humanidad, pero nuestra hermana Inmaculada. Por eso María es nuestro modelo: para caminar en nuestra vida personal el camino de Cristo. Modelo para toda la Iglesia, modelo no solo de la vocación femenina, sino de todas las vocaciones.
Imitar a María es imitar a Aquella que pronunció el perfecto “aquí estoy” de la creatura a su Dios. Ella es la Novia perfecta. Ahora bien, toda vocación humana ante el Señor es vocación de esposa. "La vocación de toda la creación es femenina", observa el padre y biblista Yves Fauquet*. Todos, algún día, seremos llamados a pronunciar el “Aquí estoy”, que nos abre las puertas del Reino.
*Yves Fauquet, capuchino, comentarista y anotador de la Biblia del Canónigo Osty. Autor de un libro sobre el "Voici et me voici" (Aquí y heme aquí) de la Biblia (ed. Anne Sigier, Canadá).