20 de enero – Italia, Roma: Aparición de la Medalla Milagrosa en Ratisbona (1842) – Bélgica, Banneux: 4ª aparición – † San Bernardo de Claraval en 1153

Esta «dulce cadena que nos liga a Dios»

© Shutterstock/Herlanzer
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«Sabemos cuán necesario es redescubrir la belleza del Rosario en las familias y en los hogares. Esta oración nos ayuda a construir la paz y es importante ofrecerla a los jóvenes para que no la perciban como repetitiva y monótona, sino como un acto de amor que no cesa de crecer.

El Rosario es también fuente de consuelo para los enfermos y los que sufren, una "delicada cadena que nos une a Dios"; pero también una cadena de amor que se convierte en abrazo para los más pequeños y marginados, como lo fueron especialmente para Bartolo Longo, los huérfanos y los hijos de los presos. Por eso os animo a continuar con renovado compromiso, a través de las numerosas iniciativas del Santuario, la gran historia de caridad que este inició: es el patrimonio espiritual más hermoso que nos legó el beato Fundador.

Que el Señor hable todavía hoy a la humanidad que necesita redescubrir el camino de la armonía y de la fraternidad, a través del mensaje de Nuestra Señora de Pompeya. Deseo que sus numerosos fieles, esparcidos por el mundo, se adhieran cada vez más fielmente al Señor, dando testimonio de su fe a sus hermanos y hermanas, especialmente a los más necesitados».

Papa Francisco: Mensaje del 7 de octubre de 2024, 150º aniversario del santuario de Nuestra Señora de Pompeya.

www.vatican.va

 

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