El italiano Giovani Ziberna es el director de "Libéranos: la batalla de los exorcistas", el único documental aprobado por la Asociación Internacional de Exorcistas. Después de su conversión hace unos años, Ziberna se dio cuenta de que los católicos necesitaban ser mucho más conscientes de la existencia del diablo. No se trata de obsesionarse con ello, sino de adquirir buenos conocimientos para poder prepararse.
Ese es el origen de esta película, en la que colaboran varios exorcistas y que, a diferencia de lo que vemos en Hollywood, ofrece una visión realista de la acción del diablo en el mundo, carece de sensacionalismo y tiene un inesperado rayo de esperanza para los católicos. Veamos algunos extractos de la entrevista a Giovani Ziberna:
«La idea de este proyecto nació de nuestra experiencia personal y de nuestra conversión. Después de mi bautismo, un exorcista me pidió que lo ayudara como asistente en varios casos de posesión. Esto nos permitió descubrir el tema y ver que los exorcismos son muy diferentes a lo que el cine nos hacía creer y, sobre todo, vimos el amor del Señor por cada uno de nosotros y su gran poder.
Sentimos que era importante compartir la victoria cristiana sobre el mal y el ministerio del exorcismo a través de una catequesis documental, inaugurando el proyecto con una entrevista al padre Gabriel Amorth, famoso exorcista, y en los años siguientes a varios exorcistas de la Asociación Internacional de Exorcistas».
P: Al final del documental se dedican varios minutos a la Virgen María y su acción contra el diablo. ¿Por qué creías que era importante dedicar tanto tiempo a María?
R: «Nos pareció importante dedicar tiempo a la Virgen María, porque su intercesión es fundamental en la lucha contra el diablo, y su acción y consagración a su Inmaculado Corazón son elementos claves de la victoria cristiana sobre el mal. Sobre todo, entendimos que la lucha más peligrosa contra el demonio es la lucha ordinaria, en la que el enemigo permanece oculto y actúa para hacernos caer en pecado, y entendimos también que María es nuestra aliada más importante en esta lucha».