“Teniendo a la Santísima y gloriosa Virgen como especial protectora de nuestro reino, a Ella dedicamos nuestra persona, nuestro Estado, nuestra Corona y nuestros súbditos” (extracto del voto del rey de Francia Luis XIII, en 1638).
Con este voto Luis XIII consagró su reino a la Virgen María y declaró la festividad de la Asunción de María como fiesta nacional de Francia. El rey pidió, además, que en consecuencia, el 15 de agosto se celebrara solemnemente en cada parroquia del reino.
“Regnum Galliae, regnum Mariae: el reino de Francia es el reino de María”, exclamó una vez el papa Urbano II (1088-1099). Desde el voto de Luis XIII hasta las apariciones de Ile-Bouchard, desde Nuestra Señora de Boulogne hasta Pontmain, numerosos acontecimientos de la historia francesa confirman este viejo adagio.
Después de dos siglos de desorientación revolucionaria, los católicos de Francia, incluidos los más fervientes, “¡ya no saben dónde viven!”. El investigador francés Stanislas-Xavier Guerbet ha recopilado en un mapa los santuarios marianos, lugares de apariciones, abadías y otros lugares sagrados vinculados con la Virgen María en Francia y Bélgica, y señala:
«Ignoramos —la mayoría de nosotros— todas las riquezas que nos legaron nuestros antepasados a un paso de nuestra casa, y especialmente en torno a las 500 vírgenes milagrosas que cubren nuestro territorio: 500 “pequeñas Lourdes” en las que nuestra Madre celestial nos ha colmado de vida durante 2000 años, mucho antes de que existiera Lourdes (1858) y el ferrocarril que transporta a ese santuario millones de enfermos».
Adaptado de: www.catholiquedefrance.fr