Situada a más de 300 metros sobre el nivel del mar, Nuestra Señora de Laghet, en la diócesis de Niza (sur de Francia), es un lugar rico en historia. Existía una capilla en el siglo XV y probablemente ya en el siglo XI. La capilla se convirtió en un lugar de prodigios cuando, durante más de 25 años, un sacerdote de Eze, Don Jacques Figuiera, cuidó con amor esta capilla.
En rápida sucesión, en los primeros días de 1652, se produjeron “prodigios” como estos:
Los peregrinos llegan en gran número desde Niza, Mónaco, Ventimiglia, San Remo, Oneille. El obispo Mons. de Palletis, fiel al Concilio de Trento (1545-1663), pide a una comisión de teólogos, asistida por un abogado y un médico, que examinara los “hechos de Laghet”. De este modo, 22 de los 36 hechos alegados en 18 meses fueron reconocidos como probados y no estuvieron acompañados de alucinaciones ni de una práctica discutible. El culto fue aprobado oficialmente el 26 de diciembre de 1653.
Hoy en día, los sacerdotes diocesanos y una comunidad de benedictinos del Sagrado Corazón de Montmartre garantizan la animación del santuario que sigue atrayendo a visitantes de todas partes. Se ofrecen retiros, estancias personalizadas y acompañamiento personal, gracias a sus hoteles en un entorno luminoso sustentado por una gran paz mariana.
Enciclopedia Mariana