El santuario de Nuestra Señora de Toda Ayuda en La Prénssais, en Côtes-d'Armor, es el único lugar donde se apareció la Virgen María reconocido por la Iglesia en la región de Bretaña, Francia. La historia del santuario comienza con un milagro.
Un día de agosto de 1652, Juana llevó a sus ovejas a pastar. La niña, de unos diez años, es sordomuda pero muy piadosa. Al llegar al prado, se arrodilla para hacer su oración, cuando de repente siente una ráfaga de viento a su espalda. La niña se levanta y ve a una hermosa señora, vestida de raso blanco. De pie sobre una nube sobre el suelo, la Señora sonríe y le pide que le dé una oveja. “No son mías, sino de mi padre, si él está dispuesto a darte una, te la daré”, responde la pequeña. “Ve a verlo con tus padres”, sugiere la señora.
Juana regresa a su casa y por primera vez sus padres escuchan su voz. “Si esta señora te devuelve la palabra, le daremos todo el rebaño”, responde el padre. Pero cuando la niña regresa al prado y repite las palabras a la Señora, esta desaparece.
Al día siguiente, Juana, que ahora habla y oye, se encuentra nuevamente con la hermosa señora, quien le revela: “Yo soy la Virgen María y elegí este lugar para ser aquí venerada. Quiero que construyan una capilla en medio de este pueblo". La pequeña informa a sus padres. Para probar sus palabras, la señora señaló un lugar cerca de la fuente donde estaba enterrada una estatua. Mientras cavaban, los aldeanos descubrieron una Virgen con el Niño de madera, tallada mil años antes por un monje irlandés.
En este preciso lugar se construye la capilla que rápidamente se convirtió en un lugar de peregrinación. Desde entonces, el santuario de Querrien recibió el nombre de “El pequeño Lourdes bretón”.