Las actividades para conmemorar el trigésimo octavo aniversario de las apariciones de la Virgen María en Nsimalen, al sureste de la ciudad de Yaundé, en Camerún, culminaron el 13 de mayo de 2024 con una Misa solemne y una gran vigilia de oración. Los miles de peregrinos que se reunieron en el Santuario de María Reina de la Paz revivieron la historia de estas apariciones que duraron nueve días, comenzando el 13 de mayo de 1986. Escucharon testimonios de múltiples curaciones y conversiones obtenidas en Nsimalen, por intercesión de la Virgen María.
Las apariciones de Nsimalen aún esperan ser reconocidas, pero para Camerún, el arzobispo metropolitano de Yaundé, Mons. Jean Mbarga, ha recomendado continuar la redacción de las memorias sobre las apariciones, porque el lugar sigue atrayendo a muchos peregrinos, algunos de los cuales dan testimonio de lo milagrosos beneficios que obtienen al asistir al santuario.
Para el P. Evouna, rector del santuario, «después de haber vivido este acontecimiento hace ahora 38 años, no podemos dudar de lo que hemos visto aquí, desde que la niña sordomuda, Jacqueline Ndoumou Atangana, habló por primera vez en su vida, exclamando “¡María, María, María!”, revelando así la identidad de la aparición».
El antiguo rector del santuario indica que la Iglesia de Yaundé sigue orando y trabajando en sinergia, de manera sinodal, en todos los niveles de la sociedad y de la Iglesia, con miras al reconocimiento de lo que sucedió en Nsimalen. “El reconocimiento de una aparición es siempre un camino no solo de santificación, sino también de sinodalidad y participación”, afirma, confiando en la realización futura del trabajo que ya está en marcha.
Varios peregrinos compartieron sus testimonios en esta ocasión. Por mencionar uno, damos el de Nfegue Pascal, empleado del aeropuerto internacional de Yaundé-Nsimalen y presidente de los fieles del Santuario desde enero de 2023, que dio un testimonio de su curación:
En 2008 —cuenta—, estaba muy enfermo y desanimado tras la muerte de un colega. En el hospital, los médicos no encontraron la causa de su enfermedad. Un colega le sugirió que fuera al santuario de Nsimalen. Así llegó a un mundo insólito y desconocido para él. Participó en la oración, en el Viacrucis y en su primera Celebración Eucarística. «Gracias al acompañamiento espiritual del rector del santuario, las oraciones, el Viacrucis, el Rosario, los baños en la piscina, encontré la curación total», declara. Nfegue Pascal destaca que hoy visita asiduamente el santuario y que experimenta cada día la verdad de los mensajes de la Virgen. También afirma haber visto “personas moribundas recuperar la salud” en Nsimalen.