Es con la Virgen María con quien mejor apreciarás el valor de una vida sobrenatural y de una espiritualidad profunda. No hay en su vida ningún gesto, ningún pensamiento, por mínimo que sea, que no haya sido inspirado por Jesús. No pasa ni un solo minuto de su vida lejos de Él. La existencia de la Virgen está enteramente hecha de interioridad. En Ella no hay separación entre acción y contemplación, porque la contemplación impregna la acción, mientras que la acción nace de la contemplación.
El Rosario es una cadena de oraciones que te asociarán a Ella. Es también el hilo conductor que te conducirá por todas las etapas del camino de esperanza que Ella recorrió: su ternura en Belén, su tormento durante la huida a Egipto, el silencio y el trabajo del taller de Nazaret, su fervor en el Templo, su emoción ante la predicación de su Hijo, su cercanía con san Juan. En definitiva, la historia de dos vidas que son una, porque el Señor vivió en Ella y Ella en Él. No descuides el Rosario que tu Madre María te ha confiado, recomendándote vivir como Ella, con Ella, por Ella y en Ella.
François-Xavier Nguyen Van Thuan*
Extracto de Sur le chemin de l'espérance (“Por el camino de la esperanza”). Le Sarment, Fayard 1991, cap. 35, “Nuestra Madre María”, § 922 y 937.
*Mons. François-Xavier Nguyen Van Thuan fue arzobispo coadjutor de Saigón en 1975. Detenido inmediatamente por la policía comunista, pasó 13 años en las cárceles del Vietminh, 9 de ellos en régimen de aislamiento. Tras su liberación, fue nombrado presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Creado cardenal por Juan Pablo II en 2001, murió el 16 de septiembre de 2002. Actualmente es venerable. Un excelente libro relata su vida en prisión: Mons. Thuan frente al comunismo, publicado por Tallandier. Su autora es Anne Bernet.