El 10 de junio, yo deposité una petición de oración a la Santa Virgen María, en el santuario de Maranatha, en Chicago (USA) solicitándole que le pusiera fin a un malentendido que había roto toda relación con mi hijo moribundo y su mujer. Desde hacía un año, a pesar de los esfuerzos, todos infructuosos, no hemos tenido ningún contacto con ellos.
Me desgarraba el hecho de que tuviera la enfermedad de Lou Gehrig (esclerosis lateral amiotrófica), que en sí misma era bastante horrible, sin mencionar el hecho de que yo vivo en Ohio y ellos en Carolina del Sur. Pero no poder hablar con él ni verlo me destrozaba el corazón. Hice mi petición de oración el domingo y el martes mi mamá llamó para decirnos que mi nuera decía que mi hijo quería vernos a los dos.
Acabamos de regresar y aún no pongo los pies sobre la tierra. Pude decirle nuevamente cuánto lo amo, lo orgulloso que estoy del hombre en el que se ha convertido y que sigue siendo mi héroe.
Gracias María por este milagro, por mi hijo, por mi madre y especialmente por mi marido - los quiero mucho a todos. Y Tú Madre Santa, gracias sobre todo, sí sobre todo por haberlos puesto a todos en mi vida y por haberle concedido a la madre (que soy) su petición de oración. Te amo María, ahora y siempre.
R.M.R. — Mentor, Ohio, Estados-Unidos — 12 Junio 2001