25 de agosto – Virgen María, Salud de los Enfermos – San Luis, rey de Francia († 1270)

El siglo de san Luis fue un siglo mariano

© CC0/wikimedia
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San Luis (Luis IX de Francia) fue fruto de una larga oración dirigida a la Virgen María. De hecho, su madre, la reina Blanca de Castilla, angustiada por no tener hijos, había conocido a santo Domingo de Guzmán, quien había llegado a saludarla a París. Él la insta a tomar a la Virgen María como mediadora, a rezar el Rosario y a hacerlo rezar a las personas piadosas de la corte. Él mismo iba a orar por esta intención. Así nació el hombre que se convertiría, a la edad de 12 años, en Luis IX, el 25 de abril de 1214, bajo la fuerte regencia de su madre mientras era menor de edad. La reina Blanca de Castilla, al final de su regencia, dejó a su hijo un reino pacificado.

San Luis fue un rey tan grande que el siglo XIII lleva su nombre: se llama “Siglo de san Luis”. En efecto, fue en unos 40 años de reinado (1234-1270) cuando hizo de Francia el corazón del cristianismo y dio lugar a la influencia del arte medieval, hasta el punto de que se adoptó el estilo francés, como modelo para construir.

Se cumplió así el sueño de su madre, Blanca de Castilla, que había orado durante mucho tiempo a la Virgen María para que le diera un hijo que fuera digno, por sus virtudes, de llevar la corona del rey de Francia. Su padre, Luis VIII, conocido como “El León”, tenía una gran devoción a la Virgen María. De hecho, en su testamento quiso que su corona y sus joyas fueran vendidas para construir un monasterio dedicado a la Virgen María, deseo que fue cumplido por su esposa.

El Siglo de san Luis fue, por tanto, un siglo mariano. Esto se debió a la gran devoción de san Luis y su familia a la Virgen María; pero también a la influencia de los dominicos y franciscanos, quienes orientaron a Luis IX en su fe y profundizaron en la figura de la Virgen María y en la Mariología. Vimos así cómo, en esta sociedad jerarquizada, María comenzó a ocupar un lugar cada vez más importante: la colocamos a partir de ese momento con Cristo, en el cielo.

Por eso celebramos más la gloria de la Virgen María, su coronación, que su humildad; así es honrada más como Reina que como sierva. También es honrada como Madre. La figura de Eva se desvanece ante la de María, la Nueva Eva. El peso de la culpa se aligera en la esperanza de la salvación, esperanza reflejada en el arte gótico, en la arquitectura, en todas las artes; esperanza plasmada en todas las representaciones de la Virgen María.

Luis IX, canonizado en 1297 por el papa Bonifacio VIII, fue un rey caballero, muy piadoso.

Adaptado de un artículo de: Isabelle Rolland

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