El 6 de julio de 2023, fue el 50 aniversario de la primera aparición de Nuestra Señora de Akita. El 12 de junio de 1973, en Japón, la hermana Agnes Sasagawa, miembro de las Siervas de la Eucaristía, comenzó a recibir visiones celestiales en un convento ubicado en Akita. Primero vio ángeles adorando la Eucaristía, luego, el 6 de julio de 1973, una estatua de madera de la Virgen María le habló y le entregó un poderoso mensaje, similar al que recibieron los Tres Pastorcitos en Fátima, Portugal, en 1917.
Poco después, la estatua comenzó a derramar lágrimas de sangre, lo que fue visto por unos 2000 testigos. Un profesor del departamento de Bioquímica de la Universidad de Akita estudió el líquido, así como un médico forense no cristiano, el Dr. Kaoru Sagisaka. Luego fue confirmado que tanto la sangre como las lágrimas eran de origen humano.
Tras una larga investigación, el obispo de Niigata, Mons. John Shojiro Ito, reconoció que la aparición tenía carácter sobrenatural y era "digna de creer". El Vaticano no hizo ninguna declaración oficial, dejando al obispo Ito emitir su veredicto.
Los principales mensajes de la Virgen dirigidos a la hermana Inés se relacionan con el rezo del Rosario y la penitencia por los pecados de la humanidad para asegurar la paz en el mundo. El Rosario se presenta como la clave para evitar cualquier catástrofe futura.
María también dio un mensaje inquietante respecto a un tiempo de prueba que atravesaría la Iglesia: “La obra del diablo se infiltrará incluso en la Iglesia, de tal manera que veremos cardenales oponiéndose a cardenales; obispos, a obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos por sus compañeros sacerdotes (…). Las iglesias y los altares serán saqueados, la iglesia se llenará de los que aceptan compromisos y el demonio empujará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor (...). Recen mucho el Rosario. Solo yo los puedo preservar de las calamidades que se avecinan. Los que pongan su confianza en mí, serán salvos".
Nuestra Señora de Akita nos advirtió contra una vida separada de Dios. Sin embargo, incluso en el caso de una gran crisis de fe, la oración, la penitencia y la confianza son las que podrán salvar a la humanidad.
Philip Kosloski, 1 de julio de 2023.