Todo comenzó la noche del 31 de diciembre de 2015 al 1 de enero de 2016. Esa noche, me entregué a Dios, llorando con todas las lágrimas de mi alma, porque nada iba bien en mi vida: múltiples relaciones sin futuro, estaba al límite de mis fuerzas, le pido al Señor que cambie mi situación, prometo que, si Él transforma mi vida, lo alabaré por siempre.
Siete días después, ¡conocí al hombre que se convertiría en mi marido! Una fuerza interior me dijo suavemente que él era el hombre con quien pasaría el resto de mi vida. ¡Era todo lo que esperaba: diligente en la oración y un ferviente activista del Rosario! Cinco meses después nos comprometimos y al año siguiente nos casamos a la manera tradicional.
Desde el 1 de enero de 2016 recurro siempre a la Santísima Virgen y puedo asegurar que Ella verdaderamente intercede por nosotros ante su divino Hijo. Para este mes del Rosario, he tomado la decisión de rezar el Rosario todos los días y sé que nuestras oraciones son y serán siempre escuchadas.
Gaëlle, 4 de octubre de 2017.