13 de octubre – Portugal, 7a aparición en Fátima: el Milagro del Sol (1917)

«María vino a preservarnos de un error ideológico fundamental»

CC0/wikimedia
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Con motivo de la visita relámpago del papa Francisco al santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal, el 5 de agosto de 2023, durante la Jornada Mundial de la Juventud, Bernard Balayn*, quien ha investigado ampliamente las apariciones de María, volvió sobre la actualidad de los mensajes de Fátima para el contexto geopolítico actual. He aquí un extracto de lo que respondió sobre este tema en una entrevista para Vatican News:

«En los tres mensajes (de Nuestra Señora), que en resumen son uno a través del tiempo y la cronología, sentimos que, de hecho, insisten en el tema de la paz. Nuestra Señora quiso en primer lugar detener la Primera Guerra Mundial, lo cual sucedió gracias a los medios que Ella proporcionó y como pudieron constatar la Iglesia y los pastores. Luego quiso evitar un segundo conflicto, pues la Reina del Cielo sabía muy bien lo que podía pasar y que desgraciadamente ocurrió porque no se hizo suficientemente lo que Ella pidió. Finalmente, en tercer lugar, quiso frenar un flagelo que comenzó en 1917, pocos meses después de su primera venida, porque María ve todo desde la perspectiva celestial. Vino a protegernos de un error ideológico fundamental cuyos efectos todavía sufrimos hoy, es decir, el comunismo, el marxismo, que es una ideología perversa y que coloca a Dios al margen de la historia del mundo».

¿Qué secreto podría entregarnos hoy Nuestra Señora de Fátima?

«El gran sufrimiento de María es el miedo de ver las almas ir al infierno. Debemos tener el valor de decirlo, porque los pastorcitos vieron el infierno. Es una realidad. No debemos vivir solo con esta perspectiva, por supuesto, sino que debemos recordar que el Señor, que Dios, Padre y el Espíritu Santo nos han dado una Madre que ha actuado y que sigue actuando, aunque no todas las apariciones sean reconocidas. Debemos decir a los hombres: "Tengan cuidado, no crucen la línea roja. Tenéis a alguien que os ama, el Padre, por supuesto; el Espíritu Santo que os inspira; Jesús, a través de la Eucaristía, que os nutre y que, en el Evangelio, os enseña. Pero también está, por voluntad de ellos, el Corazón Inmaculado que se funde en el corazón de su Divino Hijo.

Si debemos desear algo es que los hombres dejen finalmente de mirarse a sí mismos y que levanten [la mirada hacia] el cielo para ver a quien los ama y que es su Madre, proclamada como tal por el Concilio Vaticano II, la Santísima Virgen María».

*Bernard Balayn, profesor jubilado, autor de varias obras de historia y de espiritualidad, se dedica a difundir con su esposa el mensaje de Nuestra Señora de Fátima, el cual ha estudiado ampliamente.

www.vaticannews.va

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