En Bosnia-Herzegovina, en los Balcanes, se encuentra el santuario mariano de Medjugorje*.¿Qué hay de este lugar santo que aún no se haya dicho? Excepto que, así como todo musulmándebe peregrinar al menos una vez en su vida a La Meca, todo católico —digo yo— deberíaperegrinar a Medjugorje al menos una vez durante su vida. El esfuerzo vale la pena, ¡te loaseguro! Déjate de prejuicios y fórmate tu propia opinión.
Allí no hay personas iluminadas, solo personas reales, en busca del amor y la paz interior, através de la abundancia de gracias y fuertes testimonios. Lo único que hay que hacer es dejarsellevar y abandonarse a María. Es una relación de corazón a corazón permanente. ¡No tienes nadaque perder y puedo prometerte que no te arrepentirás!
¡No tengas miedo! Miedo a sentirte llamado a ser sacerdote o religiosa. ¿Y entonces? Dios quiereque todos seamos felices y, si nuestra verdadera felicidad pasa por ese camino, ¿no esmaravilloso? Pero tranquilícense algunos, aunque todos estemos llamados a la santidad, esta nopasa necesariamente por la vida sacerdotal, ¡ni mucho menos! El matrimonio es también unavocación. Como bien dijo el padre Francesco, nuestro guía para la comunidad de Saint-Jean: “¡Miobjetivo es haceros santos, Dios hará el resto!”. Por mi parte, di el paso de ir allí y me sentímucho mejor después, aunque no me hice sacerdote cuando regresé a Francia.
Somos afortunados de vivir en la tierra en un momento en que la Virgen todavía se estáapareciendo. Pero, ¿hasta cuándo? No podemos desaprovechar esta gracia concedida —meatrevo a decir gratuitamente— por Jesús al mundo. La Virgen María viene por nosotros, nos hadado una cita, así que lo mínimo que podemos hacer es no decepcionarla y tomar su manotendida.
Emeric. Adaptado de: www.clubmedj.com
* Medjugorje es un lugar de peregrinación católico desde que la Virgen María comenzó a aparecerse a
varios videntes en 1981, en la "colina de las apariciones".