¿Qué puedo decirles de estos días pasados en Medjugorje (Bosnia-Herzegovina)? Que la Providencia me hizo conocer a un amigo que fue parte de la epopeya unas semanas antes y que me motivó a ir... Que conocí a jóvenes abiertos y atentos, y pasé días muy agradables… Que asistí a la velada más linda de adoración de mi vida... Ciertamente. Pero recuerdo sobre todo el extraordinario testimonio de Sor Claire Marie (Oasis de Paz).
Al verla, ¡tuve la sensación de conocer a la felicidad en persona! Respira la alegría de vivir, bondad y paz. Me costó mucho aceptar y comprender que las chicas podían renunciar a la maternidad y a la vida en pareja para seguir una vida de oración. ¡¿Cómo podría una vida así hacerte feliz?!
¡Su rostro luminoso y su testimonio fuerte y conmovedor, me hicieron vibrar! Es seguro que ha encontrado su felicidad y una sana (santa) felicidad... Conocí a una mujer que se hizo preguntas existenciales, pasó por etapas de dudas, que se parecía a la mayoría de nosotros y que finalmente un día se sintió llamada.
Me ocurría regularmente rogar al Señor que no me llamara a ser una "buena hermana"... Después de este testimonio, comprendí que, aunque por el momento no lo deseo y ni siquiera lo imagino, una puede, sin embargo, crecer dedicando la vida a la oración y al Señor.