San Bruno, huyendo del mundo, creó la orden de los Cartujos, cuyos hijos, durante casi un milenio y a pesar de las vicisitudes temporales, han brindado una oración ininterrumpida al mundo sin la cual este se habría derrumbado hace mucho tiempo. Stat crux dum volvitur orbis. La cruz es el único fundamento posible para la fundación de una civilización duradera.
Y Nuestra Señora del Rosario permitió la victoria de Lepanto sobre la muy superior flota turca cuando, a petición de san Pío V, el gran papa dominico, toda la cristiandad suplicó a la Virgen que concediera esta victoria.
No, la oración no es lo opuesto a la acción política; al contrario, es la condición necesaria para que esta sea eficaz de forma duradera. La acción política eficaz solo puede llevarse a cabo con el apoyo de la oración.
Y, en sentido inverso (¡pero no simétricamente porque lo espiritual y lo temporal no son del mismo orden!), si elegimos la consagración total a la oración como san Bruno o san Benito, preparamos también los frutos de la civilización temporal: los monjes del la época de las invasiones bárbaras tenían poco proyecto temporal, pero de sus claustros nació la más bella civilización que jamás haya nacido bajo el cielo.
¡Que estemos tan decididos a pedir la restauración de la Francia cristiana (Nota del editor: y de nuestras naciones cristianas) como nuestros antepasados lo estuvieron a pedir la victoria de la flota cristiana!
Guillaume de Thieulloy, Salon Beige (periódico francés).