28 de agosto – San Agustín, doctor de la Iglesia († 430) – Italia, Siracusa: Nuestra Señora de las Lágrimas (1953)

Cuando un alma se convierte a Cristo, pasa a llamarse María

CC0/wikimedia
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San Agustín (354-430) enseña que María primero concibió al Verbo en su corazón por la fe, antes de concebirlo en su vientre. Este nacimiento del Verbo por la fe anuncia el nacimiento de Jesús en las almas de los que creen en Él como enviado del Padre.

Por eso a san Ambrosio de Milán (+397) le gustaba bautizar al alma creyente con el primer nombre de María, porque el alma de cada cristiano engendra a Jesús por la fe siguiendo el ejemplo de María: «Cada alma que cree [como María] concibe y da a luz al Verbo de Dios (…) Según la carne, hay una sola Madre de Cristo; según la fe, Cristo es el fruto de todos». “«Cuando esta alma comienza a convertirse a Cristo, se llama María: es decir, recibe el nombre de la que dio a luz a Cristo: se ha convertido en un alma que engendra a Cristo de manera espiritual».

Por la fe, el alma cristiana se convierte en madre de Dios bajo la acción del Espíritu Santo. El alma también tiene “un primer nombre”: María.

Hno. Manuel Rivero: www.fr.zenit.org

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