Santa Teresa de Calcuta nos sugiere lo siguiente: “Si te sientes angustiado durante el día, recurre a la Virgen y di esta sencilla oración: «María, Madre de Jesús, te ruego, sé una madre para mí ahora»”. Confieso que esta oración nunca me ha decepcionado.
A menudo rezo el Rosario por la mañana de camino al trabajo. Tengo un brazalete que es un rosario, el cual me recuerda constantemente la presencia de nuestra madre María y su invitación a rezar. Mis dedos recorren las cuentas de madera mientras medito en los misterios y mi respiración se vuelve regular.
Durante las pausas para el almuerzo, camino por los parques cercanos, sola o con amigos. Me ayuda a detenerme, mirar y agradecer a Dios. Me encantan estos paseos por los jardines y los videos de flores en Instagram.
Estar al aire libre en la naturaleza calma el cuerpo y reduce la presión arterial. Para mí, rezar el Rosario produce el mismo efecto. Necesito esto para mantener mi equilibrio y controlar mi trastorno bipolar.
En mayo hice una peregrinación con mi amiga Fernanda y mi hermana Mónica. Caminamos hasta un santuario mariano mientras rezábamos el Rosario. Meditamos en un misterio cada una por turnos, pidiendo por intenciones particulares. La oración me trae gracias de sanación, así como los sacramentos cuando participo en ellos. Me acercan a la fuerza del amor, es decir, Dios mismo.
Estoy agradecida con Jesús por darnos a su Madre María para guiarnos, la naturaleza para sosegarnos y los sacramentos para traernos una vida llena de gracia.
Lisa Rumpel, 1 de junio de 2023.
Adaptado de www.bccatholic.ca