El 30 de octubre de 2021, Irene, a quien no veía desde hacía dos décadas, me habló del Rosario perpetuo por el mundo. Inmediatamente me llamó la atención: sentí claramente el impacto real que podía tener en nuestro mundo.
Además, cuando llegué a casa, al final de la tarde, oía en mi cabeza: el Rosario perpetuo, el Rosario perpetuo…. Era un pensamiento recurrente. Así que busqué los rosarios que siempre han estado colgados en mi habitación, pero que nunca uso. Elegí uno, lo puse al lado de mi cama y esa misma noche comencé a rezar con él.
Otro hecho significativo me ocurrió desde el día en que conocí el Rosario perpetuo… Efectivamente, tenía un peso que me oprimía el corazón y que no me dejaba desde el pasado mes de julio, cuando impusieron medidas gubernamentales liberticidas a la población… Pero apenas me informaron del Rosario perpetuo por el mundo, el peso que me abrumaba, incluso físicamente, comenzó a aligerarse y desapareció por completo mientras rezaba... Desde entonces, no ha vuelto.
Al día siguiente de mi conversación, visité, como me había sugerido Irene, el sitio web del Rosario perpetuo. Leí allí el testimonio de Catalina, a quien todavía no conozco al momento de escribir estas palabras y que recibió la visión del Rosario protector de la Virgen María, el 21 de septiembre de 2020. ¡Es mi fecha de cumpleaños!
Desde aquel día 30 de octubre, movida por una llamada interior, rezo el Rosario perpetuo por el mundo al menos cada tarde, rosario en mano. Esta oración, tan sobria, tan justa, lo dice todo en pocas palabras. Que ella, por su pureza y su fuente, nos preserve de los peligros que nos rodean y nos libere en la verdad, la unidad y el respeto a toda vida.
Régine, Chambéry, 11 de noviembre de 2021