El padre André Cabes es rector de la iglesia románica de La Trinité-des-Monts desde 2015. Sacerdote de la diócesis de Tarbes y Lourdes, dirigió durante mucho tiempo los Servicios Juveniles de los santuarios de Lourdes, después de una tesis de teología sobre el mensaje de Lourdes, única en su género. Es profesor de Mariología. Presentemos el extracto de una entrevista que se le hizo sobre el significado de Lourdes:
P: Usted escribió al comienzo de su tesis de teología: "Entré en Lourdes por la puerta de Nevers". Fue precisamente durante su vida religiosa en Nevers (Francia central) que la vidente de Lourdes, santa Bernardita, puso el mensaje de Nuestra Señora en práctica. ¿Cuáles son las claves de la santidad de Bernardita?
R: El obispo de Tarbes, para reconocer la autenticidad de las apariciones, utilizó como primer argumento la “calidad del testigo". "¿Han visto a esta niña?”, pudo decir, todo emocionado, a sus consejeros después de haber interrogado a Bernardita que los desarmó con su sencillez: ¡ ella evitó las trampas al no verlas!
Un día, cuando estaba en la oficina del comisario con su madre, esta última, exhausta, se sintió enferma. El comisario les dijo: “Ahí hay sillas, siéntense” Bernardita se sentó con las piernas cruzadas en el suelo: “¡Oh, no, las ensuciaríamos!”. Se daba cuenta de que a cualquier otra persona le habrían pedido que se sentara sin esperar a que tuviera un malestar; pero ellas eran pobres. En Nevers, Bernardita mantendrá esta libertad de tono y de conducta. Sabrá ironizar sobre los testimonios que le piden para los grandes personajes: “¡Me muestran como una vaca gorda!” Sobre todo, ella sabrá avanzar en la noche con paciencia y amor. Sabrá asumir el sufrimiento: “¡Me trituran como un grano de trigo!”.
Es posible que hayamos tenido la tentación de llevar a Bernardita de regreso a Lourdes, pero no es fácil transportar su cuerpo, completamente conservado. Tenemos que alejarnos de Lourdes e ir a Nevers, es necesario dejar la luz y acoger la cotidianidad... Así nos encontramos en compañía de este pedacito de mujer, muy joven, que parece dormida; pero que todavía habla e invita a abrir el corazón a una presencia, a un anuncio: (…) ¡Abre, tú también, tu corazón al Evangelio! La vida de cada día estará iluminada por la gracia. ¡Seremos también nosotros hermanos, hermanas, madres de Jesús!
Suscribirse es fácil (y también darse de baja).
No lo dudes: suscríbete hoy. ¡Es gratuito!