Hoy jueves, día de los misterios luminosos, meditemos en el tercer misterio, el anuncio del Reino de Dios con la invitación a la conversión (Mc 1, 14-20), cuyo fruto es, precisamente, la conversión interior, la santidad.
Jesús transmitió el mensaje y la gracia divina a todos los ámbitos de la actividad humana durante los tres años de su vida pública, alternando la oración y la palabra, siempre a la escucha de su Padre. Estamos llamados a seguirlo para luego llevar el Evangelio. Sus palabras fueron acompañadas de milagros. También nosotros debemos estar atentos a los signos que nos da, transmitir la Palabra de Vida y querer hacer la voluntad del Padre en nosotros mismos.
Señor, fortalece en su labor a todos los misioneros, ya sea en los confines de la tierra o cerca de nosotros, a todos los jóvenes que se sienten llamados a evangelizar; a todos los que alivian el sufrimiento y la miseria, y que, por ello, muestran el rostro de Cristo a sus hermanos.
Meditación propuesta por la hermandad de Nuestra Señora de Francia