“¿Sabes por qué, a los 92 años, todavía tengo buenos pies y buenos ojos?”, pregunta con picardía Maurice Mesnil, decano de los ancianos, durante la comida organizada por el municipio de Brix (Mancha, Francia), cerca de Cherburgo, en este mes de marzo de 2022. “Porque nací el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. ¡Y durante todo este tiempo, la Virgen María me ha cuidado!”.
Sonriente y hablador, cuenta su vida. Primero, trabajador del campo; luego, chófer de sidrería; al final, se convirtió en agricultor-ganadero. Maurice se casó con Julienne en 1953. La pareja tuvo tres hijos, dos niños y una niña (con seis años de diferencia), ocho nietos y siete bisnietos. Maurice y Julienne trabajaban solos en una granja con más de veinte vacas de leche, más las novillas.
Tras la muerte de su mujer, en 2019, Maurice siguió solo hasta su jubilación hace dos años. “Ahora puedo trabajar tranquilamente por mi cuenta”. Es decir, puede reparar, inventar nuevas herramientas o mejorar las antiguas, lo cual siempre ha sido su pasión. Goza de buena salud, porque “nunca está enfermo”. Y sí, desde su nacimiento, ¡la Virgen María ha velado fielmente por su hijo Maurice!