Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
En Gietrzwald, en el norte de Polonia, la primera iglesia de madera data de 1352 y la iglesia gótica data de 1500. En 1568 se dedicó a la Natividad de la Virgen María. El punto significativo en la historia de Gietrzwald es una aparición de la Virgen María, en 1877, cuando el reino de Polonia se dividió entre Rusia, Prusia y Austria.
En efecto, entre el 27 de junio de 1877 y el 16 de septiembre de 1877, la Virgen María se apareció a dos niñas, Justina Szafrynska y Bárbara Samulowska. El 27 de junio, Justina y su madre acababan de salir de la parroquia cuando oyeron sonar la campana del Ángelus. Justina comenzó a orar cuando vio una luz brillante sobre un arbol de arce y, a continuación, una bella dama sentada en un trono rodeada de ángeles. Al día siguiente, Justina regresó con su amiga Bárbara. Rezaron el Rosario y la Virgen se les apareció. Estas apariciones continuaron todos los días en diferentes momentos.
El 30 de junio de 1877, les dijo en polaco: “Quiero que recen el Rosario todos los días”. El 1 de julio declaró: “Yo soy la Inmaculada Virgen María”.
Mucha gente se unió a las dos niñas durante los meses siguientes. Algunos hicieron preguntas a la Virgen sobre los sacerdotes encarcelados, las personas desaparecidas, la libertad de Polonia. Otros le pidieron ser curados, especialmente del alcoholismo.
La respuesta de la Virgen María siempre fue: “Recen y recen el Rosario, los sacerdotes serán liberados, los enfermos se recuperarán; Polonia recuperará su independencia gracias a sus oraciones”.
Nuestra Señora pidió a los fieles que construyeran en el lugar de su aparición una capilla con la estatua de la Inmaculada Concepción. Ella prometió bendecir un manantial al borde del bosque y animó a la gente a beber el agua milagrosa.
Los polacos, divididos entre Prusia (Alemania), Austria y Rusia, ganaron en Gietrzwald la sensación de estar reunidos y de volver a ser una sola nación.
Los videntes fueron perseguidos por el gobierno local. Por su parte, el comité teológico y médico examinó a las niñas y el contenido del mensaje. Todo resultó normal. En 1945, el santuario fue confiado a la Orden de Canónigos Regulares de Letrán.
El 10 de septiembre de 1967, en nombre del papa Pablo VI, los cardenales Stefan Wyszynski y Carol Wojtyla (luego papa Juan Pablo II), coronaron solemnemente la sagrada imagen. El 11 de septiembre de 1977, 100 años después de las apariciones, el obispo de la región declaró la autenticidad de las apariciones con la aprobación del primado y la Santa Sede.