Tengo tres hijos. El mayor vive en el sur de Francia. En 2021, le comentó a su hermano su plan de comprar una moto y agregó: “Sobre todo, ¡no le digas a mamá porque sus novenas a María Desatadora de Nudos son muy poderosas!”. Ellos daban por descontado que, si yo hacía una novena, mi hijo no podría comprar su moto. Cuando lo supe, era demasiado tarde. La motocicleta ya había sido adquirida.
Como tengo mucho miedo a los accidentes de motocicleta (perdí a un primo de esa forma), decidí hacer una novena para que mi hijo nunca tuviera un accidente mortal. Empecé la novena el 4 de mayo de 2021.
El sábado 29 de mayo almorzamos juntos en un restaurante para celebrar mi cumpleaños. De pronto, me sentí presionada por "alguien" para que le preguntara qué tipo de casco había comprado. Me respondió que el suyo era básico, que sus amigos tenían unos muy buenos, pero muy caros. A las dos horas le regalé el mismo casco que sus amigos y añadí: “El día en que un motociclista tiene un accidente, lo que le salva la vida, es el casco”.
El 31 de julio, mi hijo tuvo un accidente en su moto: salió de cabeza hacia la parte trasera de un coche que circulaba delante de él. La mujer que iba en el auto con el que chocó, le dijo: “¡Eres un milagro! ¡Realmente tienes un ángel de la guarda!”. El único herido fue mi hijo. Tuvo una conmoción cerebral y un latigazo cervical.
Una semana después del accidente, el escáner cerebral reveló una "evolución favorable" y el cirujano le dijo que, si bien no solía comentar la evolución de las conmociones cerebrales, allí podría afirmar que no habría complicaciones. ¡Mi hijo se curó con seis sesiones de fisioterapia para su esguince y ningún otro tratamiento!
De hecho, el “milagro” se llama María. ¡Las novenas a María Desatadora de Nudos son realmente “muy poderosas”!
Testimonio de Françoise J. recibido en la Asociación Marie de Nazareth el 4 de junio de 2022.