Los fieles de República Dominicana guardan una veneración especial por Nuestra Señora de Altagracia, la Madre Protectora de su nación, cuya fiesta oficial es el 21 de enero. Esta fecha parece venir de la Victoria de la Sabana Real ganada por el ejército español, liderado por Antonio Miniel, contra los franceses, en la zona oriental de la isla de Santo Domingo. Según los historiadores, los españoles invocaron a Nuestra Señora de Altagracia para que les ayudara a ganar la batalla.
Otras fuentes, en cambio, sostienen que esta devoción nacional procede de una aparición de la Virgen a un campesino español de Extremadura. El hecho de que hubiera aparecido a la altura de las ramas de un árbol explicaría su nombre de "Señora de Altagracia".
Durante los últimos viajes de Cristóbal Colón, un grupo de españoles trajo el retrato de esta Virgen de Altagracia a la isla, a la región de Higüey. A partir de ahí, el pueblo y la Iglesia Católica comenzaron a venerarla como Madre de Dios y Virgen Protectora del pueblo dominicano.
Desde entonces, la devoción de los cristianos dominicanos por su Madre del Cielo se ha extendido por toda la isla y se le atribuyen muchos milagros. Su imagen se encuentra actualmente en la Basílica Catedral de Higüey (República Dominicana), dedicada a Nuestra Señora de la Altagracia.