La coronación de la Virgen por su Hijo es un antiguo tema iconográfico destinado a hacer visible el triunfo de María en la corte celestial. A mediados del siglo XIX, encontramos una reutilización de este tema en la coronación de estatuas de la Virgen. La corona puede ser uno de los elementos clásicos de la escultura, como en la monumental estatua de hierro fundido de Nuestra Señora de Francia en el Puy (1860): “La Virgen es coronada porque es Reina, Reina del santuario, de la ciudad, de la provincia, de Francia, del Mundo. Coronada de estrellas, como la vio Juan en el Apocalipsis, porque es Reina de los Doce Apóstoles y de todos los ángeles y santos"1.
Una sola corona, pero una realeza multiforme que es la marca de un esplendor universal en la tierra de los hombres y de una primacía en el cielo.
1 Nampon, P. (1868), Histoire de Notre-Dame de France (Historia de Nuestra Señora de Francia), Le Puy, pág. 164.
Langlois, C. (2005). “Une romanisation des pèlerinages ? Le couronnement des statues de la Vierge en France dans la seconde moitié du XIXe siècle” (¿Una romanización de las peregrinaciones? La coronación de las estatuas de la Virgen en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX) en: Mélanges de l'École française de Rome. Italie et Méditerranée (Mezclas de la escuela francesa de Roma. Italia y el Mediterráneo), tomo 117, núm. 2.