No es de extrañar que en esta parte del mundo, la Península Arábiga, los católicos deseen exaltar la dignidad de Reina de María. El título de "Nuestra Señora de Arabia" (o "Reina de Arabia"), que podría parecer reciente, fue aprobado sin embargo en 1948 por el reverendísimo Administrador Apostólico de Arabia. Este título estaba destinado a cumplir la profecía de la Santísima Virgen contenida en el Magníficat: “¡En adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada!” (Lucas 1,48).
Pocas personas saben que la devoción a Nuestra Señora de Arabia comenzó en 1948, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. Ese día, la Capilla Ahmadi en Kuwait fue consagrada en su honor. La estatua de este pequeño santuario fue bendecida en 1949, en el Vaticano, por el papa Pío XII. En 1949, la Iglesia de Nuestra Señora de Arabia en Ahmadi fue hermanada a la Basílica Papal de Santa María la Mayor (Basílica Patriarcal Liberiana) en Roma, con el privilegio de recibir las mismas indulgencias que se obtienen cuando se visita Santa María la Mayor. El papa Pío XII, mediante el decreto pontificio Regnum Mariae, del 25 de enero de 1957, declaró a Nuestra Señora de Arabia patrona principal del territorio y del vicariato apostólico de Kuwait.
A principios de 2007, Mons. Camillo Ballin, MCCJ, entonces vicario apostólico de Kuwait, pidió a la Santa Sede que instituyera una fiesta en honor a la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora de Arabia. Su oración y deseo se cumplieron cuando, el 5 de enero de 2011, la Santa Sede proclamó oficialmente a Nuestra Señora de Arabia como patrona de los dos vicariatos de la Península Arábiga: el Vicariato Apostólico de Kuwait y el Vicariato Apostólico de Arabia. Luego, en mayo de 2011, la Santa Sede reorganizó el Vicariato de Kuwait para incluir, además de Kuwait, los territorios de Qatar, Bahrein y Arabia Saudita, y lo rebautizó como “Vicariato Apostólico de Arabia del Norte”.
En un gesto magnánimo de buena voluntad hacia la comunidad católica, el Rey de Bahrein, Su Majestad Hamad Bin Isa Al Khalifa, otorgó 9000 m2 de terreno para construir una nueva iglesia.
Este es un tiempo de múltiples gracias y bendiciones para todos, porque el patrocinio amoroso de Nuestra Señora de Arabia se extiende a todos los fieles de la Península Arábiga e incluso al mundo entero, para que podamos renovar las alabanzas a Nuestra Madre del Cielo y despertar una devoción más ferviente hacia ella, en beneficio de toda la humanidad.
Adaptado de: Asia News