30 de diciembre – Italia: Santa María de San Celso (1485)

El Padre Pío salvado por el cojín de la Santísima Virgen

El santo Padre Pío fue conocido por su santidad y capacidad para reconciliar a los pecadores con Dios a través del sacramento de la Confesión. Su eficacia atrajo a multitudes, pero también a muchos enemigos. Hacia el final de su vida, una mujer poseída por un demonio se detuvo frente a él y comenzó a proferir insultos y amenazas contra él.

En cuanto él se acercó, acompañado del padre Eusebio, la mujer se arrojó sobre él, gritando palabras incomprensibles con voz fuerte y grave. Ella trató de arañarle la cara, pero él y el padre Eusebio lograron mantenerse a distancia. «Yo estaba aterrorizado —escribió el Padre Eusebio—; el Padre Pío, menos».

«¡En el nombre de Dios, vete!», grito el Padre Pío, pasando junto a la loca, que no lo siguió, sino que siguió gritando. «¡Te voy a hacer pagar! ¡Te haré pagar!». Se llevaron a la mujer y otro sacerdote le inició un primer exorcismo.

Poco después de las 10:00 de la noche, los hermanos que estaban en el piso donde vivía el Padre Pío escucharon «un ruido sordo y aterrador». El padre Eusebio describe este ruido como «increíble, como si la puerta principal de la iglesia hubiera sido cerrada de golpe». Entonces escucharon al Padre Pio gritar: «¡Hermanos! ¡Hermanos!».

Los hermanos salieron corriendo y encontraron al Padre Pio tirado en el suelo, con la cara ensangrentada. Tenía debajo de la cabeza un pequeño cojín para arrodillarse, que lo había protegido de una fuerte conmoción. Al día siguiente, el Padre Pío tenía el rostro magullado y los ojos amoratados por la batalla de la noche anterior.

Más tarde, el sacerdote reanudó el exorcismo y contó cómo la mujer se mostró decepcionada cuando supo que el cojín había salvado al Padre Pío.

—¿Dónde estabas anoche?
— Estaba arriba para ver al viejo que tanto odio porque es fuente de fe. Hubiera hecho más, pero la Dama Blanca me detuvo.

La gente empezó a decir que el cojín encontrado debajo de la cabeza del Padre Pío lo había puesto la Virgen María.

Finalmente, la mujer fue liberada del demonio que la poseía y agradeció al Padre Pío por sus oraciones y se autoproclamó «la mujer más feliz del mundo».

 

Philip Kosloski, 23 de septiembre de 2021

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