Después de la ascensión de Jesús, el apóstol Juan permanecerá con María durante veinte años.
Desde el año 30 al 36, después de Pentecostés, Juan, que solo tenía 20 años, estuvo muy cerca de Pedro, a quien asistió en todas partes durante la primera evangelización de Jerusalén, como se lee en los Hechos de los Apóstoles. Permaneció en silencio, ya que su carácter y juventud lo inclinaban a ello, hasta que la persecución que siguió a la destitución de Poncio Pilatos, a finales del 36, obligó a los Apóstoles a huir.
Ciertamente, ya en el 37, Juan partió con la Virgen María para establecerse en Éfeso, hoy Turquía, como lo demuestra una sólida tradición local, mencionada en el 431 por la carta oficial que los Padres del Concilio de Éfeso enviaron a Nestorio. Pero, curiosamente, no fueron Juan y María quienes fundaron la Iglesia en Éfeso, sino Pablo, 17 años después, cuando vivió dos años allí.
¿Cómo explicar esto, cuando todos los demás Apóstoles aprovecharon la dispersión para fundar Iglesias y difundir la Buena Nueva? Al parecer, Juan y María inauguraron en Éfeso una nueva forma de vida, sin apostolado directo, en el silencio y la oración.
Enciclopedia Mariana