¡La Orden de la Anunciación fue fundada por una princesa! Cuando tenía cinco años, santa Juana de Francia, hija del rey Luis XI, tuvo una visión de la Virgen en 1469, quien la invita a fundar una orden religiosa en su honor. Sin embargo, los acontecimientos tomaron un rumbo diferente: Juana se casó a la edad de doce años y debió esperar a ser repudiada para fundar en 1502, en Bourges, la Orden de la Virgen María, también conocida con el nombre de Orden de las Anunciadas.
¡Pero fundar una Orden puede ser complicado! Juana le pidió a su confesor, el franciscano Gabriel-María, que él mismo escribiera la regla de las Anunciadas. Su idea era simple, las hermanas deberían:
• buscar a Dios
• seguir los pasos de la Virgen
• imitar las diez virtudes de la Virgen mencionadas en la Biblia1
El Papa aprobó oficialmente la regla en 1517 y se fundó la Orden de las Anunciadas. La Orden se extendió rápidamente por Francia y Europa, pero también tuvo que afrontar los conflictos de su tiempo: las Guerras de Religión en el siglo XVI, la Guerra de los Treinta Años en el siglo XVII y, por supuesto, ¡la Revolución Francesa! Más de mil religiosas anunciadas sufren un triste destino, que va del exilio a la guillotina, pasando por la cárcel...
Después de la Revolución, dos exhermanas abrieron una nueva comunidad y un internado en Francia. Desafortunadamente, apenas un siglo después, en 1904, las leyes anticlericales se imponen... El exilio es una vez mas inevitable. Las anunciadas regresaron a Francia en 1922 y se establecieron definitivamente en Thiais, en 1926.
¡El monasterio de Thiais crece rápidamente con la entrada de nuevas hermanas y ganará cierta influencia espiritual! A partir de la década de 1970 se crearon nuevas fundaciones:
• Saint-Doulchard, Normandía, en 1988;
• Menton, Alpes-de-Haute-Provence, en 2000;
• Polonia, en 2009.
1 Las diez virtudes de María son: el amor de María a Dios; la humildad de María; fe y aceptación de la Palabra de Dios; obediencia generosa; caridad solícita; la castidad de María; pobreza de María; obediencia de María; paciencia de María; y el espíritu de oración de María.
Adaptado de: Paris Vox