El mes de noviembre está dedicado a la oración por nuestros difuntos y, particularmente, por las almas del Purgatorio.
Cuando el abad Paul Buguet (1843-1918) llegó al pueblo de Montligeon, en Orne (Francia), el lugar era muy pobre y los hombres no tenían trabajo. Para dar trabajo a los obreros, el abad Buguet se convirtió en impresor y en removedor de tierra y piedras. De ahí nacieron dos obras: una, la de un pensamiento social; la otra, la de un pensamiento místico; ambas se desarrollaron en paralelo, como explicó el padre Buguet: “Estaba tratando de conciliar este doble plan, esto es, orar por las almas abandonadas y, a cambio, obtener a través de ellas los medios para darles trabajo a los obreros”. Así fue como creó una imprenta y una constructora.
La iglesia se convierte en lugar de peregrinación, luego construye una basílica que asombra al visitante: en pleno campo abierto, una iglesia parecida a una catedral. También construyó una imprenta más grande y compró casas para los obreros e intérpretes... Su obra será pronto conocida mundialmente.
El 4 de octubre de 1884, el obispo local devolvió al padre Buguet los estatutos de la obra con la aprobación y el sello episcopales. El 23 de octubre de 1910, en un motu proprio, el papa Pío X coloca “bajo su especial protección y la de sus sucesores” la obra expiatoria de Nuestra Señora de Montligeon. La cofradía de Nuestra Señora de Montligeon tiene hoy nueve millones de afiliados.
Según el padre René Laurentin, en un artículo sobre Montligeon en el Diccionario de las apariciones de la Virgen, publicado por las ediciones Le Cerf, la Virgen María habría visitado la iglesia de este santuario y habría sido vista por el abad y los feligreses vestida humildemente y en oración.
La ermita de la basílica es, a la vez, albergue del santuario y centro de la fraternidad espiritual de Nuestra Señora de Montligeon, y acoge a peregrinos a lo largo de todo el año.
Equipo de Marie de Nazareth