En la cripta de Nuestra Señora de Chartres (Francia), se invoca a otra Virgen, con los ojos cerrados, y que presenta a su Hijo para que sea adorado por los fieles, en un espacio más íntimo, el de la cripta "bajo tierra”: la más grande de Europa y que pronto celebrará sus mil años.
Esta Virgen, llamada Nuestra Señora Bajo Tierra, es "la más peregrina" porque se encuentra en lo que durante siglos fue el centro del santuario de Nuestra Señora de Chartres. La estatua reemplaza a una Virgen románica idéntica del siglo XII, quemada durante el saqueo de la Revolución Francesa. Es una copia de una de la Edad Media.
De hecho, es de las primeras estatuas a las que se acudía en peregrinación. La capilla de Nuestra Señora Bajo Tierra conduce irresistiblemente a esta pequeña representación de María que mantiene los ojos cerrados. La Misa se celebra ahí todos los días a las 11:45 a. m.
Muchas tradiciones están unidas a la "Virgen que debía dar a luz" a quien los sacerdotes celtas (población precristiana que vivía en Europa Occidental) habrían rezado incluso antes del nacimiento del Salvador. Esta creencia popular marcó profundamente el imaginario de Chartres, atrayendo a reyes de Francia (Luis XIV), a hombres santos (Vicente de Paúl, Francisco de Sales) y ayudando a hacer de esta pequeña capilla subterránea, desde la reinstalación del culto en 1857, uno de los santuarios marianos más importantes.
Equipo de Marie de Nazareth. Adaptado de: Chartres