Según lo anunciado por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Italia fue consagrada a la Virgen María el 1 de mayo de 2020, en la fiesta de san José obrero. La ceremonia de consagración tuvo lugar por la noche a las 9 p.m. en la Basílica de Santa María de Fonte presso Caravaggio, un vasto santuario ubicado al este de Milán, en la provincia de Bérgamo, uno de los lugares más afectados por la epidemia del COVID-19.
“Recibí más de 300 cartas, llenas de amor y devoción a la Virgen María, preguntándome: ¿por qué no dedican al Inmaculado Corazón de María a nuestra nación, a todas las personas que sufren en esta epidemia, a todos aquellos que trabajan en hospitales y que deben ocuparse de su prójimo?", declara Mons. Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve y presidente del episcopado italiano.
En respuesta a la solicitud de los fieles, los obispos decidieron confiar a la Virgen María la nación italiana "para que la proteja y la salve de la pandemia de coronavirus". El lugar y la fecha denotan una opción "extremadamente simbólica", como explica la CEI. El mes de mayo está tradicionalmente dedicado a la Virgen María y comenzar este mes con tal consagración, "en la situación actual, adquiere un significado muy particular para toda Italia".
El Santuario de Caravaggio solo representa "el sufrimiento y el dolor experimentado en una tierra fuertemente afectada por la emergencia sanitaria (...) La Iglesia confía a la Virgen a todos los enfermos, trabajadores de salud y médicos, familias, difuntos", explica. En la fiesta de san José, los trabajadores le son confiados, en particular, dada "la preocupación y temor con que muchos de ellos miran hacia el futuro".
Adaptado de Adélaïde Patrignani, Ciudad del Vaticano.